Tuesday, February 13, 2007

Aullido Electoral

(Publicado en La Jornada Jalisco, 4 de junio de 2006)

Candidatos, campañas, distritos, boletas, spots, propaganda. Política. Elecciones. ¿Democracia?

Las bondades teóricas de este sistema político se suman a la verborrea que flota en el ambiente. Aquello de la participación ciudadana, de la decisión colectiva de un proyecto de nación a través del voto son sólo abstracciones.

¿La realidad? Las elecciones 2006 (deberíamos también decir “y 2005 y 2004” dado lo prolongado que ha sido este proceso) se viven distinto en cada círculo ó ambiente nulificando la idea de la igualdad del votante.

Algunas escenas:

“No lo difundas mucho, pero seré diputado federal” anunció ante sus amigos hace casi un año. Alguno de ellos tuvo la osadía de manifestar cierta incredulidad y entonces fue objeto de burla e incluso de cierta lástima: pobre cuate, no conoce el sistema político, pero si la candidatura ya está “amarrada”. Su foto sonriente luce todavía en algunos postes del alumbrado eléctrico de su distrito, pero no, no es candidato sólo se quedó ahí. Resulta que las reglas en el partido ya cambiaron, la hambruna política producto de la alternancia hizo que los grupos internos se diferenciaran tanto que ahora luchan con ferocidad; el juego de las cuotas está arrojando resultados inciertos. ¿O sería que no tuvo dinero suficiente para aportar a la campaña presidencial?

“Queremos escuchar su opinión, que nos conozca, que sepa que si nos apoya estaremos trabajando por usted desde el Congreso” La mujer lanza una mirada de escepticismo; tal vez recuerda que la noche anterior tuvo una discusión con su padre porque no le pasó la llamada de otro de los candidatos (¿de dónde habrán sacado su nombre y teléfono?), “papá, pásamelo, al menos para saber qué dicen”, “ay por dios, pero si cada seis años es lo mismo”. Parada ahí en la banqueta ante el candidato duda un poco antes de decirle que candidatos van y vienen y el problema de la inseguridad del parque es cada vez mayor, que los chavitos se drogan aun frente a las patrullas. El equipo de campaña hace un esfuerzo por explicar que eso es de competencia municipal; el candidato le asegura que cuando sea diputado impulsará reformas legales para abatir el problema, concluye con una gran sonrisa y la entrega de un souvenir electoral. Ella también sonríe: “al menos está guapo”.

Unos pasos más adelante el equipo encuentra un hombre mugroso, lo dudan un poco, probablemente recuerdan aquello de un-hombre-un-voto e inician la rutina “Buenas tardes, queremos escuchar su opini…” “¡Hey! –los interrumpe el de la tiendita– no pierda su tiempo, él qué va a estar votando, se la pasa siempre borracho” El aludido muestra sus dientes desordenados en señal de acuerdo. Todos ríen, la brigada se aleja.

Me pregunto si para el ciudadano a pié existe alguna diferencia, es decir, se levanta, desayuna, toma el camión, trabaja, vive. Todo prácticamente igual. El tiempo de publicidad es prácticamente el mismo, pero en lugar de productos son rostros que lo miran de frente (no reflexiona en las modas del marketing electoral, o en los equipos que lo realizan quienes también tiene sus propias anécdotas de los tiempos electorales).

El ciudadano a pié probablemente el día de la elección tenga otras cosas qué hacer. Probablemente no recuerda los nombres que lee en los cientos de cartelones/spots y mucho menos podría saber en cuál de las 6 boletas se los encontraría de ir a votar. Es más: probablemente camine por Javier Mina y Rita Pérez de Moreno, donde está la barda pintada de rojo y verde que promueve a Enrique Ibarra para Presidente Municipal de Guadalajara 2004-2007, y no caiga en cuenta de que se trata del ahora candidato a gobernador por otro partido.

Por eso le concedo razón a mis perros, de las cosas que les desagrada de la democracia son los altavoces de las caravanas que pasan por la colonia anunciando candidatos… si de plano pasan en domingo muy temprano, yo misma siento el impulso de unirme a su aúllo.

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